viernes, 12 de enero de 2007

La niña escondida

Diez soldados furiosos caminando por la estación. Diez soldados armados, furiosos, uniformados, recorren la estación a paso ligero, y el sonido de sus pasos retumba en la estación vacía. La niña escondida tiene miedo, los soldados la buscan a ella. Lo que ella no sabe es que los soldados cumplen órdenes, en realidad les da igual encontrarla o no, incluso ignoran porqué la buscan.
Pasa el tiempo, y las pisadas de los soldados acaban por desaparecer. La niña al principio no se fía, pero el frío y el hambre acaban por convencerla de que los soldados se han ido; así que sale de su escondite y se ve sola, fría y hambrienta en la estación.
La niña escondida, que ha salido de su escondite, busca algo de comer, busca algo de abrigo, pero la estación está vacía y los bares, cafeterías, restaurantes y tiendas están cerrados, y la niña escondida no sabe abrir los cierres porque es una niña, no una ladrona. La estación está tan vacía que hasta las papeleras están vacías. ¿Qué puede hacer la niña escondida? No puede quedarse en la estación, porque tiene hambre y frío; no puede salir de la estación porque fuera la buscan más de diez soldados.
Así que la niña escondida duda, y al final el hambre y el frío vencen al miedo y la niña escondida se lanza a caminar entre las vías por la oscuridad del túnel.
Que Dios la ayude y la acompañe en su viaje.

jueves, 11 de enero de 2007

Este soy yo


Pablo en Dublín


O al menos lo era, hace cinco o seis añitos.

Como podeís ver, me aburría y he cambiado la plantilla.

Puedo adelantaros también que el Libro Verde de Reclamaciones ha sido hallado por el Equipo de Rescate, así que la semana que viene, sin falta, publicaré al menos una narración corta. Para empezar a orientar el blog hacia algún sitio.

Por cierto, no os había enlazado al blog de Kris. Ahí queda eso.