martes, 20 de noviembre de 2007

Al salir del túnel

La niña salió del tunel cansada, rota, con el eco de las pisadas de los soldados retumbando en el silencio que la rodeaba. Silencio absoluto: ni trenes ni sirenas ni explosiones ni sargentos gritando órdenes. Silencio tenso. Silencio extraño. Silencio frío.
La niña había perdido la memoria al cruzar el túnel, o quizá antes; no lo recordaba. La niña caminaba arrastrando los pies entre las vías con un brazo inmóvil, rígido, apuntando hacia atrás. La niña ni siquiera sabía qué había sujetado antes en esa mano, qué habían aferrado esos dedos que ahora parecían un rastrillo de juguete.
La niña tenía miedo, frío, hambre, sed, sueño, miedo y frío. La niña se escondió entre la suciedad, la basura y la podredumbre y se quedó dormida porque ya no sabía qué otra cosa podía hacer.

- ¿Cómo te llamas?
- ¿?
- Que cómo te llamas.
- ...
- Cómo te llamas, what is your name, comment tu t'appelle...
- (bostezo)
- Si me dices tu nombre te doy un bocadillo.

La niña abrió los ojos y vio a un hombre grande y rubio. Muy grande, muy alto, muy rubio y muy cabezón. Agitaba frente a su boca un bocadillo frío, rancio y grasiento de panceta.

- Es que no me acuerdo.
-Vaya. Parece que tenemos un problema. Anda, ven conmigo, que aquí fuera hace frío, y hambre, y oscuridad.

En realidad, la niña ya no tenía ni miedo, ni frío, ni hambre, ni sed, ni sueño. Pero el hombre alto, grande, rubio, cabezóny pálido parecía simpático, tenía comida y además ella ya estaba cansada de estar sola. Así que se puso de pie, se estiró, se acercó al hombre y le dio la mano. Juntos caminaron en silencio entre las vías, y aunque era de noche cerca del hombre había luz, y calor, y como ya no tenía hambre no le importó que tirase el bocadillo, y no sabía porqué pero sí sabía que era por estar cerca del hombre alto, grande, rubio, cabezón y pálido, que tenía una voz tan grave, profunda y agradable.
Cogidos de la mano se acercaban a la caseta de la estación. Al abrir la puerta, el hombre le acarició la cabeza y dijo:

- Tranquila, mi vida, aquí estarás a salvo de los soldados. Verás qué bien lo pasamos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¡¡Dime algo!!