miércoles, 15 de marzo de 2017

Fútbol

Esta semana la clase de mi hijo mayor, que tiene diez años, ha recibido la visita de un enviado de la liga de fútbol. Un señor que les ha organizado unas actividades, dentro de la clase de educación física, en las que se les intenta inculcar a los alumnos ciertos valores, con el ánimo de que de mayores sean futboleros (y futboleras, claro) respetuosos.
Y a mí no acaba de parecerme bien. Hace poco Molinos publicó esto, donde habla (un poco) del fútbol. Y creo que tiene razón. El fútbol ya consume gran parte de nuestra vida. De ser un entretenimiento poco más que dominical ha pasado a ser el eje central de la vida de demasiada gente. Si determinado futbolista hace publicidad de calzoncillos, es padre, se afeita la barba o se tira un pedo, se convierte en noticia, capaz de abrir el informativo deportivo. El fútbol se ha comido el pastel, no hay margen para otros deportes, siendo precisamente el fútbol el deporte con mayor violencia entre los aficionados: le sigue el baloncesto, pero muy de lejos.
El año pasado, en los juegos olímpicos de Río de Janeiro, hubo un problema en las pruebas de atletismo: la futbolización del público. La gente en las gradas cantando, silbando, pitando, para animar a sus atletas o, sobre todo, para incomodar a los adversarios. Algo nunca antes visto en atletismo. Pero parece que lo que ahora nos educa como asistentes a espectáculos deportivos es el fútbol, un deporte que nunca ha sido modélico en eso (ni en otras cosas, algún día hablaremos del respeto al árbitro).
Lo que quiero decir con todo esto es que habría sido mucho mejor que el colegio dedicase esa hora de  clase a promocionar la práctica de otros deportes, y no la asistencia como espectadores al fútbol. Que quitar un poquito de poder sobre nuestros hijos a personajes como Cristiano Ronaldo no nos vendría nada mal.

2 comentarios:

  1. Comparto tu visión, personalmente no soy nada aficionado "al mundo del futbol", ha fagocitado totalmente el deporte con mayúsculas, no hay banalidad por absurda que está sea que no tenga un eco mediático masivo y que decir de las "ejemplarizantes" acciones deportivas o privadas de estos astros...valoro el esfuerzo sin duda bienintencionado del ponente, pero en materia de especialidad deportiva transmisora de buenos valores el fútbol profesional deja mucho que desear...¡aúpa el hockey y el voley!

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    1. Bueno, yo no valoro tanto el esfuerzo del ponente, que en definitiva es un señor al que han contratado para que haga una cosa. Quien lo organiza es la liga, o la federación... creo yo que buscando un lavado de cara.
      Por otro lado, me maravilla el tema del respeto al árbitro en rugby. De ahí teníamos mucho que aprender en los demás deportes.

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