domingo, 23 de marzo de 2008

A chupar del canon

En El País del jueves pasado, un tal Jaume Sisa, antes conocido como Ricardo Solfa, publicaba una columna acerca del canon. Esta columna llevaba por título el mismo de esta entrada: no pude evitar lanzarme sobre ella a ver qué decía. Y decía una serie de estupideces incorrecciones, de las cuales voy a comentar alguna.
Por ejemplo:
En España hay gente muy lista que se ha percatado de cuáles son nuestras intenciones y ha alertado a los contribuyentes: "Cuidado, esta panda de mangantes millonarios pretenden pegarse la vida padre a nuestra costa; a ver si va a resultar que aquí se puede vivir de hacer música, teatro, cine, escribir y pintar; ¿dónde iremos a parar? Que los bancos te frían a comisiones, que te cobren tasas por viajar, impuesto del 70% por la gasolina, márgenes abusivos de los intermediarios en la alimentación, que paguemos royalties a marcas y patentes, que las operadoras nos sangren con sus tarifas..., ¡qué le vamos a hacer!, ya se sabe, la lógica del mercado y bla, bla, bla..., pero que estos cantamañanas quieran cobrar por lo que ellos llaman trabajo, ¡habrase visto!".
Pues bien. Nadie piensa que todos los artistas sean una panda de mangantes millonarios. En realidad, eso sólo lo pensamos de la cúpula de la SGAE. Sí pensamos que aquí se puede vivir de hacer música, teatro, cine, escribir y pintar; y encima, se puede hacer sin canon digital. Es cierto que los bancos nos fríen a comisiones, pero podemos elegir, de entre todos ellos, a quién queremos pagárselas. Eso no lo podemos hacer con el canon. Es cierto que te cobran tasas por viajar, si lo haces en avión. Puedes elegir viajar en tren, a caballo, en autobús, en tu propio coche... Con el canon la única opción es pagar a la SGAE, o... pagar a la SGAE. La diferencia entre pagar el canon digital y pagar impuestos en la gasolina, es que los impuestos los pago al estado, que de alguna manera repercute en mí mismo, y de todas todas repercute en beneficio de toda la sociedad. Eso no ocurre cuando la guita se la lleva la SGAE. En cuanto a los márgenes abusivos de los intermediarios, son eso, abusivos. Que esté mal matar no implica que robar no sea malo. Lo mismo se aplica para los royalties de marcas y patentes; además, no es lo mismo una marca que una patente, y puedo usar calzado deportivo sin pagar a Nike o Adidas, pero no puedo distribuir las fotos de las vacaciones a la familia sin pagar varias veces a la SGAE. En cuanto a las tarifas de las operadoras: volvemos a los argumentos anteriores: puedo elegir a qué operadora le pago, con el canon no; y que otro me esté pegando no te autoriza a violarme.
Yo, de verdad, quiero que cobres por tu trabajo: cada vez que subas a un escenario, que se te pague. La gente que pague su entrada, o el ayuntamiento que te contrate para las fiestas patronales, te pagarán. El tiempo que inviertas en tu casa componiendo, se te remunera igual que el tiempo que pasa un profesor preparando sus clases o corrigiendo exámenes. Y cuando te metas en el estudio a grabar, piensa que estás promocionándote: la gente escuchará gratis tu música, y acto seguido correrá entusiasmada a preguntar cuándo y dónde tocas.
O no.



Habría mucho más que comentar sobre este texto, obra de ese gran artista que es Ricardo Solfa, pero no puedo. La diferencia entre una mentira y una equivocación, es que el que miente sabe que lo que dice no es verdad. Y en este texto no encuentro ninguna equivocación.

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