martes, 26 de febrero de 2013

Banderas

Allá por el siglo XVII, Carlos III convocó un concurso para elegir una nueva bandera para los barcos de guerra españoles. En esa época los barcos llevaban las armas reales sobre paño blanco, lo cual era un problema: había borbones por todas partes, todos con las mismas armas sobre el mismo fondo blanco. Total, que el conocido como rey alcalde, de los doce modelos que le presentaron, escogió dos. Uno es el que todos conocemos: dos bandas rojas y una amarilla entre ellas, siendo cada una de las rojas de la mitad del grosor de la amarilla. Este modelo se adoptó para la armada. El otro modelo aceptado, para la marina mercante, era muy parecido. Aquí están los dos, cortesía de wikipedia: 


España era en aquel momento un reino gobernado por un rey, Carlos III, que siguiendo la moda de la época practicaba el despotismo ilustrado. Todo para el pueblo, pero sin el pueblo, y esas cosas. Después del mejor alcalde de Madrid vino su hijo Carlos IV, y cuando este se peleaba con el que sería Fernando VII llegó Napoleón y arrasó con lo que quiso. Contra Napoleón y su hermano, José I (Pepe Botella para sus enemigos) se levantó la población en 1808... bajo la bandera adoptada por Carlos III. 
Luego los españoles demostraron que ya en aquella época eran estúpidos, y quitaron al francés para poner a Fernando VII, pero eso es otra historia. A lo que vamos es a que la bandera de España seguía siendo la misma. 
En el animado siglo XIX tuvieron lugar también las guerras carlistas, en las cuales los carlistas (que perdieron) se agrupaban bajo esta bandera:


Los isabelinos, que ganaron, seguían usando la enseña de Carlos III.
Luego vino Amadeo I de Saboya, y la primera república, luego Alfonso XII, el 98, y el siglo XX. 
En algún momento del primer tercio de este siglo, algún iluminado se inventó una bandera para apoyar la república: 


Se había extendido desde hacía un siglo, más o menos, la idea de que el color morado representaba al reino de Castilla, lo cual era y es falso. El color del pendón de Castilla es el carmesí, no el morado ni el violeta ni el púrpura. Desde ese punto de partida erróneo se crea esta bandera, que quiere representar la plurinacionalidad de España y esas zarandajas. Esta bandera representó a España desde la proclamación de la república en 1931 hasta la rebelión de 1936; y en la consecuente guerra civil identificó al bando republicano, el leal al régimen establecido. Los rebeldes eligieron la bandera anterior, y como ganaron la guerra, es la que se siguió utilizando en la dictadura, y luego en esta monarquía parlamentaria se consagra en esa constitución tan intocable, que solo se puede cambiar si lo dice alguien que mande mucho en Alemania. Pero eso es otra historia.
Durante la república ocurrió un hecho significativo. En Cataluña, y sobre todo en Asturias, en 1934, hubo una revolución que fracasó. Fracasó aplastada violentamente por el ejército, ejército que se decoraba con la bandera tricolor. 
Todo esto lo he contado (probablemente muy mal) para explicar porqué no me gusta la tricolor. Es innegable que es mucho más vistosa que la rojigualda (y simplemente escribir eso me da repelús), pero dentro de que las dos banderas, como todas las demás, son un invento, la de Carlos III la inventaron antes, y ha funcionado más tiempo representando todo tipo de formas de gobierno. 
Y, por otro lado, no deja de ser curioso ver a gente con camisetas conmemorando la revolución del 34 (Ochobre 34) y una banderita tricolor, al mismo tiempo.

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