El libro es "20 polvos". Y el autor es Rafael Ferández. Su blog es este, y su twitter ahora es este, y este es el que le suspendieron por hacer cosas que no debía.
Rafael Fernández es canario, y vive en Asturias con su mujer ucraniana. Como no encontró editorial que quisiera publicar sus libros, se dedica a la autoedición. Y, claro, eso se nota.
La primera vez que leí algo suyo fue un blog que tenía hace un montón. Igual diez años.Lo descubrí un día, y creo que ya había dejado de escribirlo, y en una semana o así me lo ventilé entero. O casi. Ese blog acabó siendo una novela: Diarios de sexo y libertad. Y lo que leí me encantó, y por eso me alegré cuando volví a dar con él en su blog, que leo regularmente. También lo sigo en twitter.
En cuanto a 20 polvos, lo primero que notas al abrir el libro es que la maquetación es... rara. Aprovecha demasiado la página, dejando un margen muy estrecho. Y aunque el tamaño de la tipografía es bueno, tiene un interlineado de mierda que apretuja las líneas unas contra otras. Feo, muy feo. Cuesta entrar ahí, pero se puede hacer.
También se nota la autoedición en las faltas de ortografía. Se le ha escapado alguna por ahí. Y puede que a vosotros no, pero a mí me desagrada y me incomoda mucho encontrarme faltas. Me sacan de la historia, el texto entero [
Luego está el estilo. Rafael hace una cosa que me pone un poco nervioso: encadena los dos puntos: uno detrás de otro: un párrafo entero: me vuelvo loco: no puedo más. Así que los dos puntos pierden su significado, y en realidad podría poner guiones, almohadillas, líneas verticales o cualquier otro símbolo. No me gusta. Ya lo hacía en aquel blog, es cierto, pero yo no recordaba que fuera tan exagerado.
Y la historia. Nos cuenta en primera persona unos meses de la vida de Sigmundo, su álter ego, un ser mezquino, rastrero, racista, machista, con delirios de grandeza, cuya trayectoria vital coincide en gran parte, al parecer, con la del autor. Y es tan deleznable el personaje que me resulta imposible empatizar con él, así que me da un poco igual lo que le pase. Y, otra vez, no es así como yo lo recordaba. Si bien en mi recuerdo Sigmundo hablaba mal de todas las mujeres con las que se acostaba, no era un personaje tan absolutamente despreciable como ha resultado ser en este libro.
¿Sabéis cuando tienes muchas ganas de leer, ver o escuchar algo, y por fin lo tienes delante, y acabas absolutamente decepcionado? Me pasó con Sexo en Milán, me pasó con Los Guardianes de la Galaxia, me ha pasado con 20 polvos. Y ahora no sé qué hacer. Por un lado me apetece leer Diarios secretos de sexo y libertad, para ver si cuadra con mi recuerdo, y por otro lado me pide el cuerpo dejar de lado las novelas de Rafael Fernández y seguir leyendo su blog, que suele ser interesante.
[Actualización: Aquí el autor habla de mí sin mencionarme. Me dedica todo un párrafo.]
ohhhhhhhhh! la peor crítica que ha recibido el libro!
ResponderEliminarLo siento.
Vaya, lamento ser yo el autor de la peor crítica. Por otro lado, si esta es la peor, el libro no será tan malo, ¿no? ;-P
ResponderEliminarNo lo lamentes. Es correcto que si algo te ha decepcionado y no te gusta, lo digas para avisar a tus lectores. Yo hago lo mismo. Entiendo perfectamente que te molesten las pocas erratas que tiene el libro (no tengo a un equipo de filólogos hispánicos corrigiendo detrás, como las grandes editoriales). A mí también me molestan mucho, pero ya ves, por mucho que corriges siempre se escapa alguna. Si ese libro que tiene 341 páginas tiene un puñado, mira tu post, que son sólo unas líneas y tiene varias (por ejemplo, has escrito "pieder" por "perder"). Pero bueno, así de dura es la vida de quien escribe: que siempre se va a equivocar. Mi consejo sincero es que hagas caso a tu cuerpo: no compres más libros míos: todos tienen dos puntos y una maquetación y unos temas que no te van a gustar. Un abrazo. Mucha suerte y éxitos, Nubian! Te seguiré leyendo.
ResponderEliminarGracias por avisarme, corregido! :-)
EliminarComo te dije por el Facebook, nunca he escrito sobre ti. Pero bueno, si te hace ilusión escribir eso por aquí, te retratas tú mismo.
ResponderEliminarBueno, es que esta actualización es anterior a nuestra conversación por Facebook. No creo que nos merezca la pena seguir hablando de esto.
EliminarJoder, yo te admiro, tío.