miércoles, 14 de junio de 2017

Normas

Probablemente habréis oído alguna vez, igual que yo, que España es un país demasiado regulado. Que hay demasiadas normas para todo, de modo que es imposible abrir un negocio totalmente legal: exceso de normas, de todo tipo de áreas, municipales, autonómicas, nacionales, a veces desconocidas, a veces contradictorias. No sé si esto es verdad, pero desde luego lo he oído y lo he leído en varias ocasiones.

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Ayer leí en twitter la queja de una chica, a la que habían puesto un parte en su instituto por llevar ropa inadecuada. Lo leí un poco por encima y no me quedé con el nombre de la chica en cuestión, no puedo revisarlo ahora con más calma. Colgó una foto de la ropa que llevaba: una camiseta y unos pantalones cortos. 
Eché un ojo a su twitter y ví que anteriormente había publicado una imagen de las normas del centro que afectan a la vestimenta. Estas normas hablaban de la ropa, en general. Creo recordar que sancionaba como falta leve la inadecuada. Ponía como ejemplo de inadecuada a las camisetas de tirantes. Vaya, me gustaría poder enlazar la foto de la chica: la camiseta que llevaba no era exactamente de tirantes, creo yo. No soy experto en moda, pero yo calificaría esa prenda como camiseta sin mangas. Entiendo que los tirantes son algo más estrecho que aquello. Luego está el pantalón, un pantalón corto que alguien en el centro vio como inadecuado. Un pantaloncito blanco que llegaba hasta medio muslo, más o menos.

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Hace unos años una persona que conozco estudió un curso en Estados Unidos, alojada con una familia local. Nada más llegar, en agosto, esta familia la llevó de compras: la ropa que traía no era adecuada para el instituto. Entre otras cosas, la longitud de las prendas inferiores, fueran falda o pantalón, estaba perfectamente limitada: lo más corto no podía quedar a menos de un billete de dólar de la rodilla. Parece complicado de escribir, pero es muy práctico: te pruebas algo, sacas el billete, y ya sabes si puedes o no puedes llevarlo en el instituto. 

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Lo que quiero decir con todo esto es que el problema quizá no sea (solo) el exceso de normas. El verdadero problema es que las normas, las leyes, no son concretas, y quedan en gran medida a criterio del juzgador. Y aunque con este término se suele designar a los jueces y magistrados, en primer término quien juzga es el agente de movilidad, el profesor de instituto, el policía, el guardia civil. Son ellos los que deben determinar en primera instancia si tu ropa, tu respuesta, tu actitud, son adecuadas o inadecuadas.
Y sin billete de un dólar.

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