jueves, 2 de enero de 2020

Lo que he leído en 2019

Una novela (novelita, más bien) negra ligera y entretenida, que no pasa de ahí. Es de principios de los 80, y más allá de lo que cuenta, se nota en cómo lo cuenta. Hay algo ahí que hace ver la historia como un capítulo de Remington Steele o La ley de Los Ángeles, y esta característica quizá sea el mejor argumento a favor de la novela.
Absolutamente prescindible.

Saqué de la biblioteca este libro porque estaba entre los recomendados, sección novela negra. Y lo cierto es que no me ha gustado nada. Para empezar, no es novela negra, lo cual no es malo en sí mismo, pero ya me fastidia las expectativas. Trata básicamente de sentimientos, del paso tardío a la vida adulta de una joven. Me ha recordado mucho a Canadá, de Richard Ford, que me costó la vida leerlo y me gustó tirando a poco. Al final sí se anima un poco y pasan cosas, pero llegar a ese final se me ha hecho muy arduo. Voy a devolverlo a la biblioteca con un retraso de dos o tres semanas, de lo que me ha costado acabar con él.
No es para mí.

Libro que me recomendó alguien que, probablemente, no sabe que no me gustan los libros de cuentos. Y este es un libro de cuentos. Y, oye, algunos cuentos están muy bien, me gustó especialmente el segundo... pero es que no me gustan los libros de cuentos, es una manía que tengo. Así que lo he leído un poco obligado por mí mismo, y no lo he disfrutado demasiado.
Es un libro de cuentos.

4- Si esto es una mujer, de Lorenzo Silva y Noemí Trujillo
Me leí este libro porque me encontré a sus autores presentándolo en la Semana Negra de Gijón. Sin dejar de ser interesante, me ha resultado mucho más sencillo, tanto en la forma como en el fondo, que otros títulos de Lorenzo Silva. De Noemí Trujillo no digo nada, porque no había oído hablar de ella antes. El libro es entretenido, sin duda, y se lee en dos ratitos. No sé si es por tener dos autores, o por diferenciarse de las novelas protagonizadas por Bevilacqua, pero me ha resultado mucho más ligero.
Por decirlo de alguna manera, deja menos poso.

5- Masacre en Maine, de J. Van de Wetering
Otro botín de la Semana Negra de Gijón. Lo encontré en un puesto de libros de segunda mano, y me debió costar la friolera de 2 euros. Y, la verdad, está bastante bien. Es más thriller que novela negra, y la única pega que puedo poner es que el final me dejó un poco frío. Ocurren demasiadas cosas después de que se resuelvan los crímenes. 
Vivan los libros de segunda mano.

6- Murciélago, de Jo Nesbø
Sigo con la saga de Harry Hole, totalmente desordenada. Este es el primer libro y es, a mi juicio, el peor. Me he perdido un poco en la trama, y el protagonista aparece aquí como un personaje muy arquetípico. Supongo que al haberlo conocido más tarde y más elaborado aquí me resulta demasiado simple. 
Prescindible.

7- Fantasma, de Jo Nesbø
Última entrega, hasta el momento, de las desventuras del comisario Hole. Me ha enganchado desde el principio, me ha gustado todo lo que no me gustó el anterior, y me lo he leído en dos patadas. Lo único que me ha dejado un poco frío es el retruécano final, pero me ha reconciliado con Harry.
A tope con él.

8- La playa de los ahogados, de Domingo Villar
Pues he llegado hasta este libro a través de mi dealer habitual. No sabía nada del libro ni de su autor, y en general me ha gustado, aunque con matices. Algo tiene la narración que no ha conseguido atraparme del todo, y no sé si se debe a estar dividida en capítulos muy cortos, o a que cada capítulo comienza con una palabra, a modo de título, y su definición, como un diccionario. Estas breves líneas de definición me sacan de la historia, y me cansan, de manera que al final (¿y por qué no antes, Pablo?) dejo de leerlas. Al margen de esto, la investigación criminal está muy bien contada y las últimas páginas no podía dejar de leer. 
Está bien, hombre.

9- La hija de la española, de Karina Sainz Borgo
No puedo decir que me haya gustado. Es cierto que contiene un relato sobrecogedor sobre la realidad en Caracas, y que es una cosita muy corta que se lee en dos patadas, pero para mi poco elaborado gusto tiene demasiado sentimiento y muy poca acción. Es decir, pasan muy poquitas cosas, y cuando pasan, es muy interesante. Pero se pierde en un mar de recuerdos y reflexiones de la protagonista que a mí, la verdad, me aburren. 
Me lo podía haber ahorrado.

10- Terra Alta, de Javier Cercas
Pues este ha sido el Premio Planeta 2019. Me ha gustado mucho... casi todo. Dos historias más o menos paralelas en el tiempo, o una sola desordenada, el primer salto temporal me desorientó un poco, pero luego entré en el juego y me gustó. El fallo, para mi gusto, y esto creo que es algo personal, es ese personaje que aparece de la nada cuando está todo resuelto (o no) y ata los cabos sueltos. Una especie de epílogo que me rechina bastante.
Está bien, hombre. Leedlo.


11- Contrato con Dios, de Juan Gómez-Jurado
Me ha sorprendido bastante. A veces oigo, e incluso escucho, un programa de radio en el que interviene Gómez-Jurado. Y no me esperaba para nada esta mezcla entre Indiana Jones y James Bond que me he encontrado. El libro engancha, aventuras molonas en un ambiente que a mí no me atrae demasiado, y lo he gozado bien. Tiene alguna pega que no logro identificar (ya véis lo bien que se me da la crítica literaria), y que quizá tenga que ver más con mis prejuicios que por la obra en sí.
Si os va el tema de aventuras e intriga, aquí hay de eso a paladas.

12- Mejor la ausencia, de Edurne Portela
Ha querido la casualidad que quede para el final del año este libro, que es una auténtica maravilla. Tanto la temática como el tono de las primeras páginas me echaban para atrás, y sin embargo en seguida me ha hipnotizado, he entrado de lleno en ello y lo he devorado en un pispás. Una maravilla, no lo dejéis pasar.
Lo mejor de 2019, sin duda.

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