Un año más, aquí está el escueto resumen de mis lecturas. Ha sido un año bueno, teniendo en cuenta que, de los 16 títulos, me han gustado mucho nueve. Los otros siete ya tal.
Una cosa que me ha sorprendido mucho de este título, y que demuestra lo inculto que soy, es que está narrado en presente. Es algo que yo no había visto hasta este siglo. Pasada esta sorpresa, queda más una denuncia social que una novela propiamente dicha. Es, también, sorprendentemente corta. El epílogo que incluye la edición que he leído se lleva una buena cuarta parte del grosor total, así que se acaba mucho antes de lo esperado.
No puedo decir que me haya gustado, la verdad.2.- Reina roja, de Juan Gómez-Jurado.
Acción. No me hagas pensar: pim, pam, pim, pam, ni un segundo para la reflexión. Capítulos cortos, en cada párrafo, en cada línea, casi en cada palabra está pasando algo. En la segunda frase ya estás dentrísimo y no puedes salir. Da igual cualquier contradicción, cualquier incongruencia, cualquier error en la trama, si es que los hubiera. A tope y palante.
¡Esta es mi mierda, dame más!3.- La isla del tesoro, de Robert Louis Stevenson.
Una novelita juvenil, una historia que hemos visto mil millones de veces en mil millones de versiones audiovisuales. No hay mucho más que pueda decir.
Hay que leer a los clásicos.4.- Lo que esconde tu nombre, de Clara Sánchez.
El primer tercio, incluso la primera mitad, me han encantado. Me han tenido con un nudo en el estómago, hasta el punto de tener que parar de leer por no aguantar la tensión. Pero llega un momento en que tanta tensión sin clímax deja de tener efecto. Así que hacia la mitad del libro empieza a decaer, y poco a poco pasa de ser una gozada de ritmo y tensión a ser una cosa aburrida, en la que todo el rato se amenaza con que algo ocurra, pero nunca pasa nada.
Mucho lirili y poco lerele.5.- P de peligro, de Sue Grafton.
Ya leí el año pasado, creo, el primero de "El alfabeto del crimen": A de adulterio. Y recuerdo que me gustó. Recuerdo que algo en aquel libro me hizo imaginarlo como un capítulo de Luz de luna o Remington Steele, y eso es lo que he echado de menos en este. Me ha gustado, me ha gustado mucho, pero no me ha transportado a los años 80 tan irremediablemente como aquel. Leo en una crítica de Goodreads que se imagina a la protagonista como Halle Berry. Yo veo a la Melanie Griffith de Armas de mujer.
A mí, que soy muy simple, me ha gustado mucho. Vosotros, que sois gente culta e instruida, igual echáis un ratito entretenido.6.- La máscara de Ripley, de Patricia Highsmith.
Me ha resultado un tanto decepcionante. Es un libro fácil de leer, ameno, entretenido... pero nada más.
Recuerdo haber leído El talento de Mr. Ripley hace algunos años, y me dejó buen recuerdo. Sin embargo, aquí no he conseguido empatizar con Ripley ni un poquito. Por otro lado, ese final que no es un final me ha resultado un tanto irritante, la verdad.
No pasa de pasable, en mi humilde opinión.7.- Asesinato en el Orient Express, de Agatha Christie.
La más famosa de las aventuras de Hercule Poirot, que en realidad no es una aventura. Una novela llevada al cine y la televisión cientos de millones de veces. O más. Y, aún así, extremadamente entretenida. No puedo decir nada más.
Hay que leer a los clásicos.8.- Bicicleta o barbarie, de Carlos Rodríguez.
Un libro con más activismo que literatura, que he comprado y leído más por compromiso que por interés. Si no eres un friki de la bicicleta, especialmente de la movilidad urbana en bici, no te lo recomiendo.
9.- Asesinato en la estación de Rocksburg, de K. C. Constantine.
Me ha encantado. A ver, tiene errores gordos de edición (traducciones un poco patateras y errores ortográficos flagrantes), pero si consigues sobreponerte hay una historia entretenida que se sostiene sobre unos protagonistas maravillosos. Me han enamorado tanto el policía como el sacerdote. Es cierto que tiene machismo y alcoholismo para aburrir, pero se le disculpa porque es una novelita de 1972.
Me quedo con las ganas de leer los otros cuatro títulos del mismo autor.10.- El sabueso de los Baskerville, de Arthur Conan Doyle.
Me ha encantado (sí, lo sé, me repito. Tendré que buscarme otra muletilla). A pesar de que Sherlock me resulta cargante, con toda su inteligencia y su capacidad de observación y de deducción y, sobre todo, su soberbia, esta novela me ha encantado. La única pega que puedo ponerle son esas tres últimas páginas, en las que Holmes explica todo lo que él sabía y nosotros no, que son un poco anticlimáticas.
Hay que leer a los clásicos.11.- Chamán, de Noah Gordon.
A topísimo. Es el segundo libro de una trilogía que, como recordarás si eres lo bastante mayor, lo petó allá por los años 90. Por algún motivo que no recuerdo, leí el primero, El médico, y el último, La doctora Cole. Recuerdo muy poco de ambos, sí que me encantó el primero y me decepcionó muchísimo el tercero. Sé que se comentaba en aquella época que Chamán no era tan bueno como El médico, pero sí que merecía la pena... y es cierto. En el lado negativo tengo que decir que, a veces, es más minucioso de lo que me gustaría con la descripción de las operaciones que llevan a cabo los médicos en general. Y que hay un tramo del libro, en medio de la guerra civil estadounidense, que se hace un pelín más aburrido que el resto. Pero, por lo demás, es muy fácil de leer. Y describe bastante bien cómo los norteamericanos eran, y son, en general, mala gente.
Casi 900 páginas que se leen en un ratito.12.- El cerezo del cementerio, de Tito Casado Agudín.
A ver. Se podrían decir muchas cosas sobre este título, pero quizá convenga comenzar por decir que es puro amateurismo. Además, he tenido la mala suerte de leerlo justo después de Chamán, y ambos coinciden en narrar las épicas vidas de sus protagonistas, a los que les toca sobrevivir a tiempos convulsos, cada uno en su tiempo y su lugar. Claro, Tito no escribe como Noah Gordon, sería una comparación difícil para muchos escritores profesionales. Y el caso es que la historia está bien. Si sobrevives a esa estructura de párrafos cortos, casi sin puntos, y con las comas puestas al azar, la historia, con sus tópicos, sus elipsis a medias y otras cosillas, tiene su aquel.
No puedo recomendarlo.13.- Susurros del pasado, de Alicia G. García.
Lo he disfrutado mucho. Novela negra y rural que me ha tenido en Babia (guiño, codazo) durante una semana, más o menos. Por ponerle una pega, diría que quizá la narración es un poco precipitada: en unas pocas páginas ya ha ocurrido todo lo anunciado en la sinopsis. Por otro lado, y esto me describe más a mí como lector que a la propia novela, hay demasiados personajes. Me ocurre a veces que dos personajes mencionan a un tercero y no tengo muy claro de quién están hablando.
En cualquier caso, un libro muy recomendable.14.- Contra el mañana, de William P. McGivern.
15.- Intención criminal, de Robin Cook.
16.- Limpieza de sangre, de Arturo Pérez-Reverte.
Este libro me produce sentimientos contradictorios. Por un lado, me ha gustado: es interesante, los dos protagonistas son personajes complejos y bien construidos, y la trama está muy bien desarrollada. Pero, por otro lado, me ha costado mucho leerlo. Entiendo que en esto intervienen también mis circunstancias personales, pero dos meses y medio para un librito de menos de trescientas páginas, y que es interesante, ameno y entretenido... Pues no sé.
En cualquier caso, yo os lo recomiendo.15.- Intención criminal, de Robin Cook.
Puro thriller de los que me gustan: acción sin parar, pim pam, pim pam, no te deja ni respirar. Es más: ha habido momentos en los que he tenido que dejar de leer porque no podía con la tensión. En el lado negativo, tengo que decir que el final es un poco precipitado, y se flipa tanto que rompe un poco la famosa suspensión de la incredulidad.
Lo recomiendo enérgicamente.16.- Limpieza de sangre, de Arturo Pérez-Reverte.
Pues un librito juvenil del más famoso escritor español de entre los que aún no se han muerto. Me ha sorprendido que sea tan juvenil, la verdad. Y me ha resultado un poco incómodo lo rebuscado del lenguaje, especialmente al principio del libro. Es como ver a don Arturo mirándote y diciendo: "¿has visto qué listo soy?". Luego se suaviza un poco, que si no se nos queda sin lectores. Luego, que qué bueno es Alatriste, y qué mala la Inquisición, y qué malas las mujeres (especialmente una, claro).
Para echar el rato vale, pero no más.
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